El Consejo Federal de Minería (COFEMIN): Una potente herramienta, no siempre aprovechada, por Aldo Bonalumi
- 31 de julio, 2025
La sinergia que otorga el conjunto de todas las provincias trabajando en minería, sin duda es una poderosa energía que se debiera utilizar en su integra dimensión.

Cada una con sus particularidades geológico/mineras, pero que, en definitiva, son en su totalidad un enorme colectivo minero, que necesita de un manejo específico para que la industria minera que exporta y sustituye importaciones, converjan en la obtención de divisas y mano de obra.
Esta herramienta, que no siempre fue utilizada en todo su potencial, se basa en el cumplimiento del Capítulo II, art 11° de la Ley 24.224. El espíritu de este imperativo legal, indica desde su origen, la necesidad de generar un mecanismo ágil para lograr una relación política fluida, ordenada y de acuerdos transcendentales entre todas las provincias, donde está la mineria y con un solo objetivo, cual es: “Transferirlo al organismo político, la Secretaría de Minería de la Nación, para su permanente utilización como herramienta ejecutora en la industria minera nacional, facilitar la redacción de leyes y vislumbrar soluciones a las problemáticas de la actividad”.
Esta gestión especializada y única que el COFEMIN está en condiciones de ejecutar, se basa en la discusión de temas vitales que hacen a la marcha de la minería nacional en su conjunto y que a la vez deben ser acordado por todos los distritos.
No importa si una provincia posee mayor o menor producción minera que otra, las 23 provincias poseen actividad minera y se rigen por el mismo Código, lo valorable en lo político, es que, a la hora de las decisiones, haya un armónico acuerdo, el dato de “oro” es el acuerdo político que es posible obtener y llevar como escudo respaldatorio y acordado a quienes toman decisiones, sea este el
Poder Ejecutivo o Legislativo. Esto, inequívocamente allana caminos, ayuda a decidir, facilita la gestión y aporta ideas con fuerza productiva. Nadie más que los 23 integrantes, sabe que está pasando en profundidad en cada distrito. Habría que agregar el miembro 24, CABA, que es la mayor consumidora de minerales del país.
Para cobrar el fruto mineral de un yacimiento, solo con la inversión no alcanza. Ordenar el expediente, tiene tanto valor como la reserva misma a la hora de pasar por caja. Las Autoridades Mineras Provinciales, son las que ponen en orden y ejecutan el expedite, sin expediente impoluto, no hay inversión y de eso se trata, de allanar ese problema conjunto. Hoy el país pasa por un problema histórico de falta de divisas, las 23 provincias son productoras mineras, cada una posee una problemática diferente, pero minera al fin, todas contribuyen, o a la exportación, o a la sustitución de importaciones para el desarrollo de la industria, que en muchos casos termina exportando el valor agregado que impone la manufactura. Por ser cada distrito diferente, en cada caso se necesita un tratamiento específico, sea este geológico, minero, ambiental, legal o de presupuesto. A estos problemas hay que exteriorizarlos, desnudando el impacto económico, social o jurídico que lleva implícito, explicarlo y ponerlo al servicio de la política y… si esto tiene acuerdo del COFEMIN, la fuerza es especialmente sólida para la toma de decisiones.
Esta herramienta de acuerdos, permite aportar recursos políticos a los niveles más altos de la república para hacer frente a inconvenientes sociales, administrativas, ambientales, económicos, etc. sin que cada provincia quede aislada para resolver la problemática. En esto, hay ejemplos de provincias que, por no tener un respaldo acordado, quedaron solas en sus luchas por la producción y el desarrollo minero. Aquí cabe consignar que, si bien la Constitución Nacional dice claramente en uno de sus artículos, que los recursos naturales PERTENECEN a las provincias, bien se podría aseverar que los recursos naturales ESTÁN en las provincias, y “SON” de la nación, si se los interpreta desde su baja relación provincia/nación, en cuanto a la recaudación impositiva.
La nación necesita de la convergencia federal, pues por ser “dueñas” de los recursos, las provincias saben dónde están los pros y los contras y elevarlos ya acordados y discutidos que le permitan a la nación, avanzar políticamente en cada problemática minera. La premisa es: “Mientras más conozca la Nación la industria minera en cada distrito, mejor podrá accionar políticamente”. De lo contrario, toda la responsabilidad es de las provincias y la nación recauda 80/20. Por esto es tan importante la simbiosis profunda COFEMIN/SECMIN. Si no es posible revertir lo impositivo, “aceitar” lo administrativo, seguramente aportará.
Es posible medir el conocimiento de la realidad minera profunda nacional, contabilizando las horas/hombre de contacto entre la SECMIN y la Provincias. Tomando como antecedente que el desempeño del COFEMIN, debe ser eminentemente político y circunstancialmente técnico/político y que su objetivo principal es la elaboración de ideas fuerzas acordadas federalmente, es que el “como”, tendrá que seguir un orden de ejecución y un sostenimiento de las gestiones iniciadas, las cuales indefectiblemente deberán ser entregadas con acuerdos en los niveles medios del Poder Ejecutivo (SECMIN), para que se hagan llegar a los despachos de decisiones y al propio Congreso de la Nación Argentina, según corresponda.
No es posible terminar este razonamiento sin mencionar que todas las provincias son mineras y aportan divisas en forma extraordinaria, las hay exportadoras de productos minerales metalíferos sin demasiado valor agregado, (U$S 4.000 millones y en aumento…) y otras con fuerte industrialización, sustituyendo importaciones pero que utilizan el 100% de su materia prima exclusivamente mineral, por eso se la incluye aquí, pues mueve la industria del cemento, vidrio, cerámicas, agrominerales, y un etcétera interminable, que toca la extracción de hidrocarburos y naturalmente a la industria vial (U$S11.000 millones).
Esta industria, que se rige por un mismo Código, es la misma, en lo que hace a la problemática extractiva, pues comienza con una exploración, luego una perforación, sigue con una construcción industrial, continua con una voladura y luego una trituración, aquí se separa, algunos concentran y exportan el concentrado sin agregar demasiado valor, otros le agregan valor, pero el proceso minero inicial es el mismo para todas, a la vez que diferente en algunos aspectos, sociales y ambientales. No es lo mismo hacer una voladura detrás de un barrio poblado que en la soledad de un desierto, de la misma manera que no hay glaciares en Sierras Pampeanas.
Todo eso necesita de una gestión política inconmensurable, repleta de variables diferentes, pero mineras al fin y que solo los acuerdos federales, con la intervención de las provincias, traerían respaldo político a quienes necesitan tomar la decisión.
El oro, plata, plomo, zinc, etc. (muy pronto el cobre) cordilleranos y de las mesetas patagónicas y el litio de La Puna, todos se EXPORTAN, pero se hace necesario para concentrar “energía minera”, agregar la industria argentina que mueven los minerales industriales, algo que no todos tienen en cuenta en el “número minero” y sin embargo, mueve miles de millones de dólares, como, YPF, Shell, etc. (arenas de fracking) y todas las petroleras que operan en yacimientos hidrocarburíferos convencionales y no convencionales, al Grupo Ferrum en cerámica sanitaria, Palmar, Fanelli, Ctibor, etc. con cerámica roja, y todas las fábricas de cerámicas esmaltadas y porcelanatos, Holcim, Loma Negra, Cemento Avellaneda, sumando además a la poderosa industria calera nacional, mármoles y granitos, fluorita, industria vial, agrominerales, vidrio, proveedores de carbonatos molidos, etc. y todas las industrias que transforman el mineral en un producto industrial con un proceso.
Todas las provincias son mineras y en conjunto mueven más de 20.000 camiones diarios y se rigen bajo un mismo Código, de ahí la importancia de la vista y acordada del COFEMIN.
Todo el conjunto, mueve las 23 provincias y su problemática asociada que es siempre muy difícil de conocer en detalle. El COFEMIN, de permanente dinámica federal, es el órgano indicado y como lo ordena la ley 24.224 debe hacer llegar los latidos de la minería actual, en todas sus aristas, a los mandos político donde se toman las decisiones. Todo esto, lubrica, hace pensar y conduce a las buenas decisiones.
La minería está en las provincias y son estas en su conjunto, quienes tienen que resolver sus propios problemas a través de sus aportes y experiencias en sociedad con la Nación.
Dr. Aldo Bonalumi. Profesor Emérito. UNC. abonalumi@unc.edu.ar
Prensa GeoMinera