Stop a Cristóbal: el litio no lo necesita

Los pasivos ambientales y el costo de ALPAT lo pondrían lejos del negocio en el NOA

El cuestionado y multiprocesado empresario patagónico Cristóbal López  irrumpió en los medios periodísticos del país en el pasado mes de enero, no para anunciar y saldar deudas pendientes con el fisco o su relación con algún dirigente político nacional, esta vez fue noticia dado que trascendió que pretende subirse al boom del litio que se experimenta en el Noroeste argentino.

A tal fin, desde su entorno y enclave en la Patagonia, anunciaron una aparente inversión de 250 millones de dólares destinadas a ampliar la planta de la empresa Álcalis de la Patagonia (Alpat), que tiene el monopolio de la producción de carbonato de sodio, un componente indispensable en la explotación del denominado mal llamado “oro blanco”, tal como se utiliza además en las industrias, alimenticias, farmacéuticas o textiles en la actualidad.

El carbonato de sodio, que se extrae en la planta conocida como “soda Solvay”, ubicada en la localidad de San Antonio Oeste, provincia de Río Negro, ahora se descubrió que parte del proceso, para la obtención de litio, mediante un derivado extraído en la Patagonia y aplicable a la disolución de la salmuera para extraer este mineral de alto valor en la coyuntura del mercado de baterías.

El control de este recurso clave puso en tensión ante el rechazo formal que se le dio al ex zar del juego kirchnerista, por intervención directa de los gobiernos de Jujuy y Catamarca, donde están ubicados los principales yacimientos conocidos de litio.

Las más avanzadas mineras a punto de poner en marcha sus yacimientos son en el salar de Olaroz, donde opera la Minera Exar, una empresa conformada por la sociedad entre Lithium Americas Corp, Ganfeng Lithium y la provincial Jemse (Jujuy Energía y Minería Sociedad del Estado) y la otra en Catamarca opera, la conocida y cuestionada por evasión,  minera Livent, en lo que se conoce como el “salar del Hombre Muerto” ex FMC, que fuera inaugurada por el ex presidente Carlos Menem en el año 1998. A esta información, se le debería agregar que en construcción se encuentran otras empresas con emprendimientos avanzados y de próxima puesta en marcha, tal los casos de Eramine y Galaxy.

La aparición de Cristóbal López a mediados del mes d septiembre del 2022 es con el interés lobista de convertirse en la proveedora de soda ash, un producto que puede ser obtenido en San Antonio Oeste y al cual, las empresas y gobierno de Jujuy, principalmente, no le quieren facilitar el ingreso dada la característica empresarial de López.

Fuentes confiables le señalaron a PGM que en Jujuy no se usa a la empresa Alpat (de Cristóbal López) para este sólido, por un tema de calidad muy distante al que se necesita. El insumo corre altos riesgos de contaminación por el polvo del ambiente que puede afectar al producto final. Además, otro ingrediente sustancial, es que Alpat posee muchas denuncias de contaminación ambiental en toda la costa rionegrina y que siempre uso sus “conexiones” para impedir este arrebato que le produce a ecosistema y la sociedad.

Según diferentes medios de prensa, que abordaron esta irrupción de Cristóbal López, se le acredita al secretario de Minería de Jujuy, Miguel Soler, dichos desde los cuales no eludió la polémica. "En Jujuy no se usa a la empresa Alpat para este mineral, por un tema de calidad", ya que desde una cuestión operativa y de calidad  “el insumo, - que pretende posicionar López -  corre altos riesgos de contaminación por el polvo del ambiente que puede afectar al producto final”, tal como se experimenta en la costa atlántica rionegrina y empresa y Estado no aplican soluciones.

Desde Catamarca, la cuestionada por evasión Livent, habría respondido que en su caso los costos de transporte serían muy caros. También se le acredita que “la soda ash (que podría proveer Alpat) es mucho más barata en el resto del mundo, es más barato importarla. De por si tener que traer camiones con este químico resulta un despliegue dimensional”. Tales apreciaciones no fueron alentadoras para las intenciones de Cristóbal, pero desde su entorno entienden que “puede haber acuerdos” con la clase dirigente gobernante a nivel nacional y provincial.

Cabe destacar que según el informe Centro de Economía Política Argentina (CEPA), el triángulo del litio represento el 29,5% de la producción mundial total y Argentina es el cuarto productor mundial con el 7,4% de la cuota de mercado, después de Australia 52,2%, Chile 22,4% y China 12,5%.Un dato nada menor para convocar inversores que deseen participar de las inversiones que necesita este subsector de la industria minera nacional.

Los números de producción y distribución del mal llamado “oro blanco”  tientan a cuanto “boyero” ande flotando por ahí. En criollo, todos quieren “mojar el pancito”, muchos, por suerte, lo pretender efectuar por derecha y en el marco de la ley, otros en cambio, no.

El candidato del radicalismo, Gerardo Morales, pidió “sáquenlo de encima” para que no tuviera ningún tipo de contacto con quien pretende ser el postulante de Juntos por el Cambio, o Cambiemos a presidente. A tal fin, no quiere sumarle, a los empresarios residuales que quedaron en el camino en los últimos años, menos “a tipos de esta calaña” empresarial.

“Silenzio stampa”:

Ya transcurrido el mes de marzo, los ex socios del poder de turno, silenciaron sus canales de difusión y se llamaron al mutismo en su máxima expresión. Es más, ya no se habla ni de la ampliación de la planta en Río Negro ni de exportaciones a un futuro inmediato. Menos aún se mencionan, los 250 millones de dólares para producir más.

Seguirían, como lo hicieron hasta el presente, sin devolverle al Estado Nacional los fondos por “Diferimientos Impositivos”, que superaron los 300 millones de US$, que los Gobiernos de Ricardo Alfonsín, Carlos Menem y Eduardo Duhalde le otorgaron desde el año 1988 hasta el 2003, a los efectos  de poner en marcha la planta. Luego, en diciembre de 2007, por decreto presidencial se la “quitaron” a los dueños verdaderos y se la pasaron al grupo de Cristóbal López.

Transcurridos casi veinte años de su puesta en marcha, tampoco fueron capaces y empáticos en solucionar el negativo y envolvente impacto ambiental que Alpat realiza desde hace más de diez años sobre las espectaculares costas rionegrinas.

Prensa GeoMinera