San Juan: La jugada de un gigante minero para poder contratar chilenos para un proyecto de cobre sanjuanino
- 8 de agosto, 2025
La estrategia de Vicuña, la empresa de BHP y Lundin, para operar en San Juan bajo el Tratado Binacional Minero con Chile

Por Elizabeth Pérez
Desde hace meses crece la tensión en San Juan por la creciente participación de proveedores chilenos en el desarrollo del proyecto minero Vicuña, que agrupa a los yacimientos Filo del Sol y Josemaría, ambos operados por las mineras Lundin y BHP.
Los gremios y cámaras empresarias locales denuncian una competencia desigual: empresas chilenas estarían ganando contratos gracias a precios más bajos -hasta 40% menores- en insumos y mano de obra, aprovechando una herramienta legal clave: el Tratado Binacional Minero, firmado en 1999 entre Argentina y Chile.
¿Qué es el Tratado Binacional Minero? El Tratado permite que, en zonas fronterizas donde haya yacimientos mineros compartidos, se puedan mover libremente bienes, servicios y trabajadores entre ambos países. Las empresas que adhieren al régimen pueden operar como si no existieran las fronteras, aunque no obtienen beneficios impositivos directos por estar en el tratado.
Pero en la práctica, esto se traduce en ventajas operativas: insumos más baratos, mano de obra chilena más competitiva y una logística simplificada. Esta situación ha generado malestar entre los proveedores sanjuaninos, que advierten que, bajo esta lógica, podrían quedar fuera del desarrollo de uno de los proyectos cupríferos más importantes del país.
Actualmente, el control de estos proyectos está a cargo de Gendarmería Nacional en el lado argentino, a través de declaraciones juradas anuales que las empresas deben presentar ante la Comisión Administradora del Tratado. Solo si se avanza hacia una fase de explotación con protocolo binacional, intervendrían Aduanas y Migraciones.
Vicuña: ¿por qué se considera binacional?
La clave legal está en cómo están configurados los proyectos. Filo del Sol tiene aproximadamente un 25% de su yacimiento en Chile, y el resto en San Juan. Josemaría, en cambio, está ubicado completamente dentro del departamento de Iglesia, en territorio argentino.
Sin embargo, ambas minas están integradas dentro del llamado Distrito Vicuña, una unidad geológica fronteriza que también incluye los yacimientos Los Helados (en Chile) y Lunahuasi (en San Juan, recientemente descubierto). Este distrito fue incorporado al Tratado Binacional mediante un protocolo específico de exploración firmado en 2007, según explicaron a Tiempo de San Juan desde la Comisión del Tratado Binacional Argentino Chileno.
En 2018, las empresas solicitaron una división del protocolo original: Por un lado, se creó un protocolo para Filo del Sol (Argentina) y Tamberías (Chile). Por el otro, el protocolo original quedó aplicado a Josemaría (Argentina) y Los Helados (Chile). Esto significa que ambos proyectos son considerados legalmente binacionales, aunque en el caso de Josemaría toda su riqueza esté del lado argentino.
Además de Vicuña, otros proyectos de San Juan cuentan con protocolos binacionales vigentes, aunque no operativos: Pascua-Lama tiene protocolo de explotación y fue el único que solicitó protocolo de construcción. El Pachón, tiene protocolo de explotación solicitado en 1997; y Los Azules, tiene Protocolo de exploración aprobado en 2019.
Vicuña, un juego de nombres
Aquí surge otra fuente de confusión. Vicuña es tanto el nombre del distrito geológico como de la nueva sociedad conformada por BHP y Lundin para operar conjuntamente Josemaría y Filo del Sol.
El investigador Víctor Delbuono, especialista en energía y minería de la fundación Fundar, lo explicó así a Tiempo de San Juan: “No debe confundirse el Distrito Vicuña con la empresa Vicuña Corp. Uno es una unidad geológica; la otra, una razón social nueva. Esta sociedad aún se encuentra en proceso de reingeniería y planificación, por lo que todavía no tenemos certeza sobre cómo será el desarrollo final del proyecto ni cuál será la extensión del uso del Tratado Binacional en esa etapa”, dijo el experto.
La estrategia en marcha
La nueva empresa, Vicuña Corp, fue presentada formalmente este año. Agrupa los activos de Filo del Sol y Josemaría en una sola estructura legal, pero con realidades operativas diferentes: Josemaría está en etapa de preconstrucción. Tiene su permiso ambiental (DIA) y esta construyendo un camino a la mina, además de licitar una línea eléctrica.
Filo del Sol sigue en fase de exploración. Para avanzar, la empresa deberá solicitar un nuevo Protocolo Adicional Específico ante la Comisión Binacional, tanto para explotación como para construcción.
Según explicó Delbuono, “implementar un protocolo de explotación implica aduanas internas, controles migratorios y trámites complejos. Puede tener sentido si se integran proyectos en ambos lados de la cordillera, como Josemaría y Los Helados, pero dependerá de la estrategia de la empresa”.
Esta semana, durante el foro Argentina Cobre, María Gabriela Novoa, directora de Legales de Vicuña Corp, confirmó que la intención es unificar los protocolos existentes y mantener el régimen actual: “Hoy tenemos dos protocolos adicionales de exploración: uno para el distrito Vicuña y otro para Filo del Sol. Como son prácticamente idénticos, queremos fusionarlos y seguir operando bajo las mismas condiciones. Lo valioso del protocolo adicional es que traduce el Tratado a un área concreta”.
¿Quién controla y qué está permitido?
Según la Comisión Binacional, cada protocolo define un Área de Operaciones, delimitada por coordenadas geográficas. Allí rige un régimen especial donde se suspenden las normativas de frontera y defensa, permitiendo la libre circulación entre ambos países.
En los casos de Filo del Sol y Josemaría, se han creado también Áreas de Operación Secundarias, para facilitar el uso del único campamento compartido y optimizar el tránsito a través de dos pasos fronterizos habilitados. “Se opera como si se tratara de un único territorio integrado”, explicó una fuente técnica del organismo.
Pero hay un dato clave: el control de un proyecto en exploración se realiza mediante declaraciones juradas y supervisión de Gendarmería. No hay control aduanero activo instalado en la zona hasta que entren en fase de exploración.
Desde el sector empresarial y gremial sanjuanino surgió la inquietud: ¿es legal que empresas chilenas contratadas bajo el protocolo de Filo del Sol trabajen también en Josemaría? Víctor Delbuono respondió: “En principio, no está permitido sin autorización expresa de la Comisión. Cada protocolo tiene un área de influencia bien definida. Sí se han dado permisos especiales, por ejemplo, para compartir infraestructura como campamentos”.
En la conferencia de la representante de Vicuña también dijo algo respecto al tema: “Los protocolos binacionales permiten libre circulación solo dentro del área de operaciones. Por fuera, rigen las normativas de importación, exportación, aduanas y tributos”, dijo Novoa. “No significa que por estar en un protocolo pueda importar lo que quiera desde Chile y traerlo a San Juan. El Tratado reconoce a un chileno como nacional dentro del área en Argentina, y viceversa, pero solo para tareas en esa zona específica”, agregó.
La aplicación del Tratado Binacional Minero se ha convertido en una herramienta estratégica para los grandes proyectos cupríferos en la región andina como Vicuña. Pero es tambien cierto que su implementación -y sus grises legales- también están tensionando la relación con proveedores y gremios sanjuaninos.
Tiempo de San Juan