Qué es el litio y para qué se utiliza

Este mineral tiene un alto valor a nivel mundial. Argentina es uno de los principales productores.

Recientemente conocido por su papel crucial en la producción de autos eléctricos, el litio es un mineral de creciente importancia. Utilizado en diversos sectores, su relevancia actual se centra en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos y el almacenamiento de energías renovables. Comprender sus características y propiedades es esencial para apreciar su impacto en el futuro energético.

También conocido como "oro blanco" o "tesoro de la Puna", el litio despierta interés en las principales potencias del mundo, como también en empresarios multimillonarios dedicados a la energía renovable y las baterías eléctricas, como puede ser Elon Musk para sus autos Tesla.

En síntesis, el litio es un recurso natural que se encuentra en diversos lugares del mundo, principalmente en salmueras y rocas de minerales. Esta particularidad hace que países como Argentina, Chile, Bolivia y Australia sean los principales productores de este recurso.

Quienes lo extraen del agua de mar lo tienen más complicado, ya que se depositan en los fondos marinos, mientras que en las rocas minerales se extrae con tecnologías y métodos similares a los de la minería tradicional.

La alta demanda que hay sobre este mineral, junto con la poca oferta que pueden ofrecer incluso los países más ricos en su producción, hace que se haya convertido en algo muy preciado y estratégico para el mundo.

Este mineral es un elemento químico que pertenece al grupo de los metales alcalinos, con el símbolo Li y el número atómico 3. No obstante, en su forma pura se trata de un metal blando y plateado que es altamente reactivo y corrosivo en presencia de humedad o aire.

¿Para qué se usa el litio?

Una de las principales funciones del litio radica en su capacidad para almacenar energía eléctrica, algo que lo volvió un componente esencial para las baterías recargables de iones de litio que usan la mayoría de los dispositivos electrónicos. Estas baterías creadas con litio contienen una alta densidad de energía, algo que le permite almacenar una gran cantidad teniendo en cuenta su peso y tamaño.

Sin embargo, no sólo se utiliza para baterías eléctricas. De hecho, esto se volvió popular en los últimos años. Anteriormente, el litio era conocido para la fabricación de vidrios y cerámicas, lubricantes, aleaciones metálicas y en la industria farmacéutica, aunque también se ha utilizado como estabilizador en ciertos trastornos psiquiátricos, como el trastorno bipolar.

En ese sentido, la Secretaría de Minería publicó el informe "El Litio como vector de Desarrollo Sostenible", en el cual explica que "tanto el carbonato de litio como el hidróxido de litio tienen un papel destacado en la producción de baterías, aunque ambos son intercambiables, el hidróxido de litio tiene la ventaja de descomponerse a una temperatura menor, lo que prolonga la autonomía y la vida útil de la batería en comparación con las baterías de carbonato de litio".

"Sin embargo, el carbonato de litio sigue siendo más económico de producir, lo que lo hace más atractivo a corto plazo en detrimento de las nuevas tecnologías que permitan un procesamiento más directo y en efecto incrementar su competitividad en el mercado industrial", agrega.

La alta demanda que hay sobre este mineral lo volvió un activo altamente cotizado (alcanzó un pico histórico en 2022). Sin embargo, en 2023 también sufrió una corrección en los precios que lo situó en un valor de US$40.212 por tonelada, un 38,54% menos respecto al pico alcanzado en 2022.

Clarín