Proponen un plan vial estratégico para la Puna y quieren que los fondos surjan de la minería

La iniciativa fue presentada por los senadores de Los Andes y La Poma. Quieren que los fondos para las obras en las rutas surjan de la minería.

 

Los senadores Leopoldo Salva y Dani Nolasco, de los departamentos Los Andes y La Poma, respectivamente, coincidieron en la necesidad de un “plan estratégico vial para la Puna”. Así lo plasmaron en una declaración que presentaron en la última sesión de la Cámara alta provincial, el jueves pasado.

Solicitaron que el Poder Ejecutivo Provincial implemente a través del Ministerio de Infraestructura, la Secretaría de Minería y la Dirección Provincial de Vialidad la formulación de un Plan Estratégico Vial para la Zona Puna, como instrumento para la inversión en infraestructura básica para la actividad minera, el turismo y el desarrollo sustentable de la región.

“Tenemos que mirar para adelante, porque la actividad minera son etapas, momentos de 10, 15 y 20 años. A nosotros ya nos pasó con alguna actividad minera que se desarrolló en la Puna, con mina Concordia, mina Poma y la Casualidad, que fueron etapas que se terminaron y la pregunta es cómo seguimos para adelante para que la gente de nuestra zona pueda seguir viviendo bien, mantener su economía”, planteó Salva el jueves pasado cuando presentó la iniciativa.

El legislador marcó que la prioridad es la pavimentación de la ruta nacional 51.

“Vemos que se hicieron grandes anuncios y licitaciones pero la realidad es que todavía no ha comenzado ninguna obra”, dijo y advirtió, además, por la falta de mantenimiento en algunos tramos de la ruta nacional, en el trayecto (ya pavimentado) entre Campo Quijano y San Antonio de los Cobres.

“Hay un montón de baches y se torna realmente muy peligrosa la ruta”, describió.

Dijo que en el plan vial también tiene que incluirse las rutas provinciales que atraviesan unen las localidades de la Puna y llevan también a los distintos yacimientos mineros.

A partir del municipio cabecera de Los Andes hasta el paso internacional de Sico, frontera con Chile, la ruta 51 no está asfaltada. Circular por esos 149 kilómetros de tierra suelta, calamina, piedras, arenales y eventualmente lodazales es una verdadera odisea.

Lo mismo ocurre con las rutas provinciales que se desprenden de la vía nacional, como la 27 que lleva hacia Salar de Pocito y Tolar Grande o la 129 que va desde San Antonio de los Cobres hacia Pastos Grandes. También necesitan obras las rutas provinciales 17 y 163.

En 2020 se reactivaron los proyectos paralizados para la pavimentación de algunos tramos de la ruta nacional 51, que fueron licitados en 2015, pero hasta ahora no iniciaron.

El Tribuno