Los grandes proyectos en Santa Cruz, marcados por marchas y contramarchas
- 21 de junio, 2021
Terminar una central térmica a carbón y dos obras hidroeléctricas son las principales tareas pendientes; conflictos judiciales y gremiales traban los avances
Mariela Arias
Corresponsal en Santa Cruz
RÍO GALLEGOS.– Terminar la central térmica a carbón de Río Turbio y las dos represas hidroeléctricas sobre el río Santa Cruz son los megaproyectos emblemáticos impulsados por el kirchnerismo en Santa Cruz. Al tiempo que el primero depende del presupuesto nacional, las represas tienen financiamiento del gobierno de China. A eso se suma el anuncio de rutas en Santa Cruz para promover el turismo, financiadas con fondos nacionales por $35.000 millones.
En el proyecto hidroeléctrico hubo una sucesión de marchas y contramarchas. Las obras fueron licitadas en el segundo mandato presidencial de Cristina Kirchner y ganó el consorcio conformado por China Gezhouba Group Limited-Electroingeniería SA e Hidrocuyo SA. Las operaciones se iniciaron, pero fueron frenadas por una cautelar de la Corte Suprema y revisadas durante el gobierno de Mauricio Macri, cuando se rediseñó la potencia de las represas y se recuperaron sus nombres originales, Cóndor Cliff y La Barrancosa, tras haberse llamado durante cinco años Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, respectivamente. Y en la última semana fueron renombradas, una vez más.
Según el último informe presentado por la Secretaría de Energía ante la Corte Suprema de Justicia, –en la causa en la cual la Fundación Banco de Bosques intenta que se declare la nulidad de los estudios de impacto ambiental y se frenen las obras–, la represa Cóndor Cliff cuenta con un avance físico global de 20%, estando en plena etapa de ejecución. El escrito detalla un avance significativo en el aprovechamiento de lo que corresponde a la estructura de carácter temporario para alojamiento, servicios y obradores. Sin embargo, se espera la aprobación de una reformulación del proyecto ejecutivo, tras la detección de una falla geológica que frenó la obra en 2019. Esta presa tiene previsto operar con cinco turbinas y con una potencia instalada de 950 MW.
En el caso de La Barrancosa, el avance global es de 24%: las obras temporarias están prácticamente culminadas y disponibles para atender la demanda máxima de personal. La planta de producción de áridos y la elaboradora de hormigón se encuentran funcionando. Las excavaciones registran un valor acumulado de 5.227.772 metros cúbicos, y los rellenos alcanzan los 2.889.568 metros cúbicos, con avances de 79% y 47%, respectivamente. La ejecución del muro colado muestra un avance del 56 %.
En el informe se menciona que La Barrancosa será la primera de las represas que pondrá en marcha las turbinas, que garantizarán una potencia instalada de 360 MW.
Las obras no están exentas de los vaivenes judiciales, gremiales y hasta geológicos. En mayo, un informe del Instituto Nacional de Prevención Sísmica advirtió que se omitieron datos sobre la peligrosidad de las represas Y las demoras en los pagos a proveedores y empresas contratistas generan frecuentes conflictos que afectan las obras.
En cuanto a las minas de carbón de Río Turbio, la historia moderna empezó a escribirse durante la presidencia de Néstor Kirchner, cuando una tragedia se cobró la vida de 14 mineros, en un incendio que dejó a la vista las precarias condiciones en que se trabaja en la empresa estatal, que había estado privatizada y en manos de Sergio Taselli hasta 2002. Desde entonces las inversiones nunca pararon de llegar, y las localidades de la Cuenca Carbonífera quieren lograr que se cumpla una promesa: la construcción de una Central Térmica a Carbón de 240 MW, alimentada por la veta de carbón que recorre la cordillera en este rincón del Sur. La obra está todavía inconclusa.
El yacimiento fue la sede de negociados que terminaron en una veintena de causas judiciales, algunas de las cuales siguen abiertas. Una de esas causas llevó a prisión al exministro de Planificación, Julio De Vido. En 2015, la entonces presidenta Cristina Kirchner, inauguró el primer módulo de 120 MW de la usina, pero apenas estuvo unos pocos días encendida. Durante la gestión macrista, la obra quedó frenada por conflictos gremiales y recortes en el presupuesto nacional.
Al llegar al poder, el presidente Alberto Fernández designó a Aníbal Fernández como interventor de la empresa estatal, que en 2020 contó con un presupuesto de $7050 millones, mientras que en los primeros cuatro meses de este año ya se le enviaron $2237 millones.
En 2020, la inconclusa Central Térmica de Río Turbio pasó a la órbita del Yacimiento Carbonífero por un decreto nacional. Desde la empresa informaron que se encuentran en el tramo final de la puesta en marcha de la reserva fría, que permitirá arrancar el módulo uno de la usina de 240 MW, en tanto que se prevé crear un fideicomiso en el Banco Nación para el módulo dos.
Por último, este año hubo un anuncio de obras en rutas, con un plazo de ejecución a cuatro años. La Administración General de Vialidad Provincial tendrá a su cargo las licitaciones y el control de los adjudicatarios. Es el mismo esquema desarrollado entre 2003 y 2015, cuando el empresario Lázaro Báez se convirtió en el principal contratista de la obra pública, que derivó en la causa Vialidad que sigue su curso en la Justicia. ß
Mariela Arias
La Nación