La minería es una actividad que difícilmente desaparezca, por Waldo Chayle,

Los minerales de la tierra han sido extraídos desde tiempos muy antiguos en cantidades reducidas.

Los babilonios, asirios y bizantinos tenían minas de cobre y plomo hace miles de años en lo que hoy es el sur de Jordania por ejemplo. Pero a partir de la revolución industrial, los minerales se han extraído y utilizado en grandes cantidades. Esta tendencia fue creciendo muy rápido, así por ejemplo, la producción de minerales en 1999 fue casi dos veces más de lo explotado en 1970. Esta cifra corresponde a los minerales que llegan al mercado, sin tener en cuenta la cantidad de rocas y residuos que quedan en el lugar como desechos de los minerales.

Independientemente del grado de contaminación y del impacto ambiental que genera la minería, algunos sostienen que se trata de una actividad insustentable, porque implica la explotación de un recurso no renovable y además en las diferentes etapas hasta lograr el producto final, habrá procesos de destrucción del terreno ya sea para explotación subterránea o a cielo abierto. La discusión continuará seguramente con los que sostienen que la actividad es sustentable.

En la Argentina a partir de la década de los años 90 comenzó la minería a cielo abierto, con el arribo de empresas extranjeras con nueva tecnología que aumenta su capacidad productiva en regiones que tienen poca mineralización (baja ley de mineral), es una explotación que maneja grandes volúmenes de rocas y minerales. Mientras la subterránea trabaja con volúmenes menores y con menor impacto negativo en el ambiente.

Según los antecedentes considerados, la minería es una actividad que no dejará de existir a pesar de los anticolonialistas y antimineros, la cuestión es que debemos adaptarnos a los cambios, porque avanza la tecnología, la enseñanza en minería, porque existen normativas que regulan la actividad, porque las provincias tienen organismos de control, porque los minerales son elementos fundamentales en la calidad de vida de las personas, porque frente a la globalización y el capitalismo no podemos quedarnos en el mismo lugar o regresar al pasado, en consecuencia también debemos avanzar o decidir quedarnos mientras pasa el tren.

Muchas veces pensamos que las empresas extranjeras vienen y nos venden espejitos, el tema es que si nosotros compramos o aceptamos de regalo los espejitos y no proponemos excelentes beneficios a cambio, no son culpables las empresas, somos nosotros y nuestros gobernantes los responsables y ellos están en el gobierno por voto de la mayoría de los habitantes.

No se puede desde afuera criticar todo el tiempo, como ciudadanos podemos organizarnos y participar en diferentes actividades, por ejemplo, en la Evaluación de Informe de Impacto Ambiental, podemos requerir a las autoridades informes respecto a monitoreos, facturación de empresas mineras, regalías u otros temas sobre los cuales tengamos dudas. Podemos visitar los establecimientos mineros para que nos expliquen los procesos productivos, pero no participamos de estas cuestiones, entonces criticamos y muchas veces sin fundamentos.

Nosotros como ciudadanos también podemos hacer aportes para mejorar en temas que observamos y no están correctos. Seguramente existen negligencias y también cuestiones no previsibles. Actualmente se habla mucho de buscar inversores, inversiones millonarias en los emprendimientos mineros, se habla de los beneficios para los municipios, para la provincia, para la nación, para los negocios, para las comunidades. Todo esto es excelente, pero no se habla demasiado, por ejemplo, de auditorías, controles en los transportes o controles aduaneros. Sería interesante que algunos ciudadanos puedan hacer aportes para mejorar los controles.

El Tribuno