Martes 24 de junio de 2025

El newsletter de Schargrodsky analiza que piensan Máximo y Cristina de la minería

  • 17 de marzo, 2023
La centralidad de la palabra de la vice. Sorpresa por el rigoreo público de Máximo Kirchner a Axel Kicillof. La foto de Wado de Pedro en Expoagro.Estados Unidos y el peor crash desde la crisis de 2008

Por Iván Schargrodsky

Hola, ¿cómo estás? Espero que bien.

La alocución de Cristina Fernández de Kirchner en Río Negro esquivó las cuestiones sobre su eventual candidatura y volvió a llamar la atención sobre aspectos estructurales. Desde su primera manifestación pública relevante durante el auge de la pandemia, la vicepresidenta viene insistiendo sobre la raíz monetaria de los grandes problemas del país y la necesidad de acuerdos democráticos en relación a esa situación que, de no resolverse, terminará por poner en riesgo los consensos democráticos. Puede acordarse o no con los diagnósticos y recetas desarrollados por CFK, pero la distancia entre esa mirada y las manifestaciones efectistas sobre cuestiones de economía, seguridad o internas partidarias es por sí sola estruendosa, y explica por sí misma la centralidad y polaridad que su figura conserva aún cuando sus decisiones ya no moldean los contrastes entre la oposición y un oficialismo que no percibe ni transmite como propio.

Le asiste razón a Cristina en su lectura sobre el rol -o la falta del mismo- del déficit fiscal y los salarios en la actual coyuntura inflacionaria. Entre los canales que explican el aumento de los precios, pesaron más durante el gobierno de Mauricio Macri los regulados y el canal cambiario -que es el factor de mayor peso para explicar el comportamiento de los precios durante la gestión de Alberto Fernández. A esto habría que sumarle los mayores costos causados por las restricciones para importar y acceder a dólares oficiales, que ponen el valor efectivo del dólar más alto que el tipo de cambio nominal.

Los salarios en esta coyuntura son -a los efectos inflacionarios- un costo que aparece retrasado aunque detuvo su caída en términos reales y el gasto público un factor más en la demanda, que presiona sobre las importaciones y, por ende, en la necesidad de dólares. Sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional es cierto lo que señala la vicepresidenta: su revisión es inevitable. No obstante, es casi imposible que esa revisión sea sistemática y de largo alcance al menos hasta el vencimiento del actual acuerdo. Es más probable que deban negociarse waivers y excepciones parciales ante cada vencimiento porque, como también señaló expresamente Cristina, si te dan 45 mil millones de dólares vas a tener que devolverlos. Una negociación tensa, que seguramente incluya tironeos y decisiones complejas. No es de extrañar que un economista escuchado por el mercado y el oficialismo, como Emmanuel Álvarez Agis, impulsara un incumplimiento temporal con el Fondo como una alternativa preferible a un acuerdo que no de cuenta de las dificultades derivadas de la sequía.

La economía argentina necesita de dólares para poder crecer. Recuperar y aumentar ingresos genuinos de manera sostenida, en una economía imposibilitada de endeudarse, sólo puede ser a través de la inversión y las exportaciones. En su discurso de apertura de sesiones legislativas bonaerenses, Axel Kicillof hizo una mención expresa del potencial que tenía, para la provincia de Buenos Aires, la posibilidad de encontrar petróleo en el Mar Argentino, a 300 km de la costa marplatense. Un proyecto que, de prosperar, será meramente exportador y complementará a Vaca Muerta. CFK también insistió el viernes en el potencial de los recursos naturales frente al problema externo. Ambos marcaron, con la actual oposición, diferencias sobre el arreglo distributivo pero no sobre la necesidad de explotar dichos recursos.

En la actual coyuntura, el cuestionamiento expreso de Máximo Kirchner el sábado al llamado consenso exportador escenifica una diferencia muchísimo mayor con la política del gobernador que la expuesta explícitamente. Un kirchnerismo refractario a explotar los recursos naturales sería una novedad dañina, que se desentendería de cuestiones vertebrales. El “consenso exportador”, lejos de ser un capricho, es una precondición para cualquier acuerdo viable. La pregunta es, entonces, si a Máximo le tocó un rol en esta nueva etapa. En privado, el ex jefe de bloque reivindica la política minera de Santa Cruz ideada por Néstor Kirchner. Tiene sus motivos. Santa Cruz es hoy, por volumen exportado, la principal provincia minera del país, y produce principalmente oro y plata. La gestión es encabezada por empresas multinacionales que deben juntarse con la estatal provincial Fomicruz, que participa asociada con el 5% de cada proyecto, que se suma al porcentaje de regalías y los impuestos previstos en la legislación. En el reciente encuentro en Canadá de PDAC, el evento más importante de la industria minera a nivel internacional, la ministra encargada de la minería de Santa Cruz se jactaba de la seguridad y estabilidad jurídica, así como del entorno impositivo favorable que la provincia ofrece a las empresas. Entonces, ¿por qué incorpora Máximo este aspecto a su discurso? El temor a una fuga de votos por izquierda es una preocupación que orbita a Kirchner. Tal vez por eso nadie se anima a descartar una PASO que enfrente a la lista oficial contra una de, por ejemplo, el dirigente social Juan Grabois.

Cenital.com

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