Agarrarse fuerte para no ser víctima del vendaval Milei

  • 9 de febrero, 2024
La Secretaria de Minería ante días claves en su gestión

La secretaría de Minería de la Nación aterrizó en el país, procedente de Europa,  y los alcahuetes de turno ya le tenían preparado una agenda para salir a reposicionarse tras los inconvenientes surgidos en el Congreso de la Nación en torno a la ley ómnibus.

Rápida de reflejos, comenzó a difundir contenidos  acerca de  la aceptación en el mundo inversor del programa de gobierno. Sin dudas, loas a Javier Milei, su nuevo "patrón".

La sólida ingeniera, que defiende como nadie a la industria minera, en el programa de Alejandro Fantino,  no dejó de pasar el anuncio de los buenos ojos del mundo inversor hacia el gobierno nacional, (a modo de spot publicitario), así defendió su actual relación contractual de trabajo y la de su repentino jefe. 

Sin duda, la metamorfosis de la funcionaria salteña es sorprendente. 

En una similitud a Daniel Scioli, Royón desplegó por medio de entrevistas y redes sociales, su transformación política-filosófica de 180 °. Pasó de ser una reguladora que perteneció a una administración vapuleada, a ser miembro de un  gobierno desregulador y, sin que se le note expresión facial alterada, hoy habla como si estuviera en un estado de convicción absoluta, impoluta y por demás sorprendente. Una joya de la política nacional.

Sabe, de primera mano, que las empresas mineras la respaldan. Entiende ella, que los que existe quienes fogonean su salida del gobierno, (son dos ex subsecretarios de la gestión macrista que quedaron desocupados de pertenecer a la trifásica del Estado), quienes son ayudados por un par de merodeadores, "elementos rastreros"  que están enquistados en su cercanía(uyna asesor y un disfrazado de prensa).

Royon es víctima de la polítiqueria, sea provincial y nacional. Desde el sector minero existe coincidencia y se desea su continuidad para el bien de la industria.

Se quiere posicionar tras los pasos de Daniel Meilan o Carlos Saravia Frias, en solvencia y conocimiento, por eso, la ingeniera la salteña, es un elemento diferente que se instaló en la SECMIN después de muchos experimentos.  Sería un error perderla. Pero estamos en Argentina.

Se concibe, desde los observadores más ásperos, que si hubiera "alguito de dignidad", se tendría que volver a sus pagos. No debe ser víctima de los "machirulos" gobernantes ni permitirse como variable de negociaciones políticas. Debería seguir en el puesto por capacidad e idoneidad. Esto último marcaría la diferencia para no ser "parte de la casta".

Once Diario