El off the record de Iván Schargrodsky analiza la situación del litio en el país tras la fusión entre Allkem y Livent
- 17 de mayo, 2023
En paralelo a la coyuntura política, la última semana se conoció la fusión entre la australiana Allkem y la estadounidense Livent.

A pesar del creciente entusiasmo por el litio, al que a menudo se apunta solito con la carga desarrollar el país, las dos firmas son las únicas que actualmente tienen una producción efectiva en Argentina. La nueva empresa estará valuada por encima de los diez mil millones de dólares si se toma la valoración previa, aunque su potencial participación en el mercado global de litio hace suponer que dichos valores podrían incrementarse sensiblemente en el futuro cercano. La mayor escala de tecnología, el uso de recursos compartidos y la presencia geográfica en varios de los países llamados a cumplir un rol protagónico en el desarrollo de la economía del litio -Argentina, Australia y Canadá, además de las plantas de tratamiento en los Estados Unidos- permiten suponer que la nueva empresa aspira a ganar protagonismo creciente en el desarrollo de tecnologías ligadas a la transición energética y particularmente en el desarrollo de baterías, para lo que se convertirá en un proveedor de hidróxido y carbonato.
Para la Argentina, la fusión -que debería superar una revisión en materia de competencia: la producción se exporta en su totalidad, el mercado internacional es competitivo y cuenta con varios jugadores de peso, al tiempo que varios de los proyectos que se encuentran en desarrollo en el país deberían entrar en producción en el corto plazo sumando actores- tiene efectos ambivalentes. Por una parte, el país será el principal, aunque lejos del único, centro de producción de litio de la nueva empresa y sumará un actor de peso en la defensa de la producción nacional de cara a las limitaciones impuestas por la legislación de los Estados Unidos para la producción y el tratamiento de minerales provenientes de países con los que no tiene acuerdos de libre comercio.
Por otra, a raíz de la fusión, Allkem perderá la localización central de sus operaciones, actualmente en Buenos Aires, ya que las oficinas de la nueva empresa se ubicarán en los Estados Unidos. La nueva firma, por tamaño, estará en condiciones de competir con grandes actores de origen chino y con la norteamericana Albemarle, que opera en Chile, fortaleciendo sus asociaciones con empresas automotrices y su capacidad de influir en las decisiones de Washington y otras capitales de occidente. Parte del partido, para Argentina, se fijará en el modo en que el país logre homogeneizar las prácticas impositivas de la nueva empresa. Hasta el momento, Allkem y Livent han tenido comportamientos muy distintos y mientras no existen cuestionamientos al proceder de la primera, Livent ha mantenido una relación conflictiva con los gobiernos nacional y provincial por el modo en que declara sus ventas de litio argentino, cuyo principal comprador es su casa matriz, ubicada en los Estados Unidos. El resultado, en términos de recaudación y de divisas, de uno y otro comportamiento, es sumamente diferente. Nicolás Sidicaro escribió en Cenital sobre esta fusión.
Junto con la nueva empresa, de la que esperan un acompañamiento relevante en sus negociaciones con las autoridades estadounidenses, el Ministerio de Economía, la Secretaría de Minería y la Embajada de Argentina en Washington avanzan en esquemas que permitan que el litio argentino quede exento de las limitaciones que la Inflation Reduction Act imponen en materia de subsidios a la producción del mineral y su tratamiento. La secretaria Fernanda Ávila participó de la reunión de la Mineral Security Partnership, un esquema ideado por los Estados Unidos y sus aliados occidentales para el desarrollo de cadenas de suministro que garanticen el abastecimiento del litio, reduciendo su exposición a China. Argentina fue el principal país productor en el encuentro. La iniciativa fue mencionada por el embajador Marc Stanley en el encuentro de AmCham como un posible paraguas para garantizar el mercado norteamericano para el oro blancoargentino, aunque, como en todos los diálogos de autoridades argentinas y estadounidenses, hasta el momento, la buena voluntad no se traduce en ningún esquema en concreto que permita saltear las limitaciones.
No es la única discusión relevante sobre el litio en el seno del oficialismo, el último miércoles, la secretaria de Asuntos Estratégicos, Mercedes Marcó del Pont, debatió con el bloque del Frente de Todos un esquema de regulación destinado a la industrialización del mineral. Estuvo acompañada por el presidente de YPF Litio y exministro, Roberto Salvarezza. Allí presentaron un esquema que prevé reservar una cuota de mercado -minoritaria- que no podría exportarse sino que debería destinarse a la industrialización en el país y un esquema de estímulos fiscales en las provincias que producen litio. El proyecto busca apalancar las reservas existentes para un programa de desarrollo local del recurso, y sería similar al esquema vigente en Chile, donde el Estado participa fuertemente de la cadena de valor, aunque hasta el momento no consiguió desarrollar una industrialización relevante y, según muchos analistas, ralentizó la captación de inversiones en el sector, donde Chile era líder global y perdió ese lugar a manos de Australia.
Los impulsores del proyecto, sin embargo, consideran que Argentina tiene una base industrial que la coloca en mejor posición que Chile, y esperan que la fiebre por el mineral acelere, en todas partes, las inversiones en el sector. No es una posición unánime en el oficialismo. Mientras los gobiernos de las provincias son relativamente escépticos sobre la viabilidad en el corto plazo de un proyecto de estas características -al igual que sectores del Ministerio de Economía-, desde el Instituto Patria y distintos sectores del ala izquierda del Frente de Todos se impulsan posturas más cercanas a las regulaciones existentes en Bolivia o México, que nacionalizaron el mineral, aunque no tienen, de momento, producción de litio relevante, ni la tendrán durante los próximos años. Las desavenencias sobre el camino más conveniente, y la cercanía del proceso electoral hacen difícil pensar que en los próximos meses se logre avanzar con una nueva regulación del mineral.
Este y otros temas fueron agenda de una comida que mantuvieron durante más de tres horas Cristina Kirchner con el matemático y presidente del think tank Fundar, Sebastián Ceria, el domingo a la noche en la casa de Eduardo “Wado” de Pedro. Si bien no está confirmada su presencia en el acto del 25, en su entorno creen que la vice estará en el escenario y anunciará cuál será la estrategia del kirchnerismo para este proceso electoral. Con o sin ella en la boleta.
Cenital.com