Mendoza: La furia de un funcionario mendocino contra la ley de humedales (y en defensa de la minería)
- 4 de octubre, 2022
Emilio Guiñazú Fader cuestionó la norma que se encuentra estancada en el Congreso Nacional. Polémica en puerta.

Que avanza, que no avanza. La ley de humedales se debate y luego se posterga. Y nadie sabe por qué. Es más, casi nadie sabe de qué se trata la norma puntualmente. Que se escuda bajo un título aparentemente noble. En las últimas horas, iba a tratarse en comisiones en el Congreso de la Nación pero ello se vio trunco.
En ese contexto, el gerente general de Potasio Río Colorado, Emilio Guiñazú Fader, salió furioso a cuestionar la norma desde sus redes sociales: “Desgraciadamente en general el ambientalismo no se fundamenta en ciencia y técnica y si en sentimentalismo y misticismo.
Vamos por orden y desde el principio: La confusión en el progresismo urbano es absoluta“, arrancó. Y prosiguió.
“1) A las ballenas las salvó la industria petrolera que remplazó su aceite (principal motivo por el cuales las cazaba) por petróleo y gas para producir energía. Si no se hubiera desarrollado el petroleo (on shore y off shore) hace 100 años, hoy no habría ballenas en los mares”, explicó.
Y agregó: “2) Hace 20 años se comenzó a discutir la necesidad de remplazar de los hidrocarburos por energías renovables, por lo cual el viento que ruge en la meseta y los rios que corren hacia el mar deben ser aprovechados para generar energía hidroeléctrica y eólica“.
Guiñazú Fader prosiguió: “3) Para generar y transportar la energía eléctrica y renovable para cargar el iPhone y mandar twiters, hace falta una gran cantidad de cobre, aluminio, hierro, vanadio, cobalto, molibdeno etc que se encuentran enterrados en la montaña y deben extraerse“.
Y avanzó: “4) Para fabricar las baterías de los autos eléctricos modernos y ambientalmente correctos hace falta litio que proviene de los humedales de la puna cuya explotación la ley quiere prohibir… y así podríamos seguir”.
Finalmente, sostuvo: “Sobran sentimientos y buenas intenciones y falta rigor científico y sentido común. El equilibrio entre desarrollo y medioambiente no se alcanzará consultando chamanes ni evocando deidades, se alcanzará desarrollando tecnologías novedosas y políticas responsables”
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