Las bacterias pueden ser la clave para extraer metales preciosos en el espacio
- 19 de febrero, 2021
- tecnologia
Debido al carácter limitado de los recursos minerales en la Tierra, desde hace años se está planteando la posibilidad de extraer metales preciosos y de base de cuerpos espaciales como asteroides o la

Sin embargo, los expertos advierten de que la minería espacial será muy diferente a la que conocemos y, probablemente, las bacterias tendrán un papel muy importante.
por José Ángel Pedraza
Los desafíos de carácter tecnológico y logístico que se plantean a la hora de extraer metales de cuerpos celestes como los asteroides son enormes, aunque sus posibilidades económicas hacen que algunas empresas ya se lo estén planteando en serio.
En un interesante artículo publicado en el medio especializado Mining Technology dan a conocer un experimento que se está llevando a cabo en la Universidad de Edimburgo y que puede resultar clave para el futuro de la llamada ‘minería espacial’.
Se trata de un procedimiento nuevo, por medio de bacterias, que ya ha sido experimentado en la Estación Espacial Internacional y que puede ayudar a superar algunos de los desafíos que supone extraer metales en el espacio.
La investigación se basa en cómo utilizar las bacterias para que literalmente se coman los minerales que rodean a los yacimientos de metales preciosos. Este proceso de ‘biominería’ se ha mostrado efectivo en entornos de gravedad cero y podría constituir el punto de partida de los procedimientos mineros espaciales del futuro.
El principal problema al que se enfrenta la minería espacial es el de la ausencia de gravedad, una complicación para los sistemas que se utilizan en la Tierra y que se basan en la disolución de la materia en un fluido y su posterior precipitación.
Como señala Charles Cockell, astrobiólogo de la Universidad de Edimburgo, “en un entorno de microgravedad, los fluidos no pueden moverse fácilmente. No existen ni la convección ni la sedimentación que se dan en la Tierra. Si tienes microbios o fragmentos de roca en un depósito, tienden a depositarse en el fondo, pero es algo que no ocurre en el espacio, así que cabe esperar que ese cambio en el comportamiento de los fluidos afectará a la forma en que los microbios deshacen las rocas y liberan los elementos. Por eso queríamos probar este procedimiento en un entorno sin gravedad, para demostrar que el principio general de la biominería se puede aplicar más allá de la Tierra y sirve para extraer minerales en otros planetas”.
Tras diez años de investigación, se ha podido demostrar que la tecnología es viable. Los científicos de la universidad escocesa han desarrollado unos dispositivos mineros del tamaño de cajas de cerillas, 18 de los cuales fueron transportados hacia la Estación Espacial Internacional por un cohete SpaceX lanzado en julio de 2019.
Los investigadores introdujeron rocas basálticas en los dispositivos y comprobaron que la erosión de este mineral era tan intensa que, utilizando las bacterias para extraer minerales en la Luna o Marte, se podría mejorar la tasa de recuperación de metales preciosos en un 400%.
“Existen otras formas de extraer minerales por medio de técnicas convencionales –lixiviación de rocas, uso de productos químicos– pero lo bueno de los microbios es que consumen muy poca energía, son muy eficientes y no necesitan compuestos tóxicos. Los microbios se reproducen por sí mismos, solo hace falta alimentarlos y son muy eficientes desde el punto de vista energético y específicamente en la extracción de elementos de las rocas”, señala Cockell.
Un sistema que ya se usa en la Tierra
El hecho más llamativo de este procedimiento es que la mayoría de los procesos tecnológicos que implica no son nuevos, sino que son adaptaciones de operaciones mineras que ya se utilizan en la Tierra.
“Lo que estamos haciendo es trasplantar y adaptar un método que ya sabemos que funciona en la Tierra. Alrededor del 35% de la producción global de cobre se extrae por medio de microbios, así que podemos decir que la minería biológica está muy extendida. La razón para trasladarlo ahora al espacio es que, dondequiera que estés, ya sea en la Luna o en Marte, es necesario extraer minerales si quieres establecer una presencia independiente. No se puede depender del lanzamiento de productos desde la Tierra y su traslado a otros planetas, porque eso acarrea unos costes enormes; es necesario obtenerlos allí donde estés”, apunta el investigador.
Esta forma de biominería se ha utilizado de forma extensiva en Chile, donde se extrae alrededor de la tercera parte de la producción mundial de cobre. Proyectos como la mina Lo Aguirre, cerca de Santiago, produjo 14.000 toneladas anuales de cobre entre 1980 y 2002, mostrando la efectividad de la biominería a gran escala.
Otras minas como Quebrada Blanca y Cerro Colorado se aprovecharon de esta experiencia y utilizan exclusivamente métodos de biolixiviación para separar los minerales de la roca.
Ahora, como en todo experimento científico, queda el reto de trasladar el éxito a gran escala. Hay que tener en cuenta que los dispositivos de biominería con los que se ha experimentado en el espacio apenas medían 10 x 4 centímetros. “Para que funcione a escala comercial, hace falta un reactor mucho más grande e introducir procesos de mezclado y procesado. Hemos demostrado que los elementos puedes ser extraídos de las rocas, pero también hay que extraerlos del líquido y purificarlos, así que queda aún tarea por hacer”, señala el investigador.
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