El presidente de la empresa estatal, Santiago Albarracin, lleva 18 meses al frente de Yacimiento Minero Agua de Dionisio, y para las autoridades nacionales del área, todavía, no sabe cómo encontrar la punta al ovillo para comenzar a hacerse cargo de la gestión oficial que le encomendaron. El senador Mera lo acusa de "irresponsable".
En la provincia y en nación, entienden que ya se venció el plazo de echarle la culpa a terceros de su propia incapacidad. Los precisos calificativo que le llegaron desde Catamarca desde un hombre fuerte de la política provincial y de intensos lazos con distintas áreas del gobierno nacional, fueron demoledores. El senador nacional por Catamarca, Dalmacio Mera, cuestionó que la compañía con participación de la provincia de Catamarca, la Universidad Nacional de Tucumán y el Estado Nacional no haya actuado de manera eficiente en la causa que derivó en la medida cautelar que suspendió la actividad en los yacimientos mineros.
"Advertimos que parece que YMAD estaba viendo otro canal, se han sorprendido con un fallo que nadie que tenga un mínimo de ejercicio judicial desconoce o se entera de un fallo por los diarios. En su tarea y obligaciones está la de tramitar una causa, la de conversar con la otra parte, con la Justicia, todo eso conlleva la tarea de un abogado. No es ir presentar un escrito y enterarse por los diarios, más en una causa de estas características" sentenció ante la prensa provincial.
Es más, Mera, sin nombrar a Albarracín, calificó
"a priori habla de una irresponsabilidad mayúscula. He visto que muchos se apuraron por poner el tema como algo menor y cuando vieron inocultable la relevancia quiso lavarse las manos. Si se han sorprendido quienes debieran haber estado atentos a este significativo juicio que estaba para sentencia, por lo menos, hubo una enorme impericia y negligencia" indicó.
Las durísimas apreciaciones del representante de Catamarca estallaron muy fuerte en las costosas oficinas que mantiene YMAD en Buenos Aires, Días pasados, se supo, que el secretario de Minería le dijo al funcionario presidente de YMAD que
"ya no tenía margen, hay que poner la jeta". Traduciendo, que se ocupe de este tema y deje de perseguir a delegados gremiales que lo critican, a algún periodista que opina sobre sus silencios y a la gestión anterior que esta denunciada ante la justicia. En definitiva le habrían pedido que
"se ponga a trabajar".
Para algún observador, le daría la sensación que Albarracín no sabe o no comprende, cual es su función. También desde la subsecretaría de Minería le bajaron el dedo. Le hablaron, pero parece que no entra en razones.
Todos esperan una explicación de YMAD. Nadie comprende cómo el representante del yacimiento no emite opinión sobre este mal momento que aqueja a Minera Alumbrera y repercute en toda la región NOA. Y como si fuera poco, no haya hecho nada para impedir este proceso judicial desde la defensa legítima.
Cómo sucede en este tipo de casos, cuando uno "la quiere jugar de líbero, lo importante no es la soberbia", sino el paracaídas que "se posee para el momento de eyección" señala el axioma del "funcionario en apuros".
Días pasados, un medio especializado, sentenciaba que el presidente de YMAD tiene los días contados en el cargo. En la misma línea habría que ratificar que sigue llevándose todas las materias a marzo, y el almanaque, tal como se presenta, no le alcanzaría para preparar las previas.
A su silencio voluntario, también en Catamarca le cuestionan los gastos operativos de la planta de Buenos Aires, la que sería similar al pago de sueldos de más del 50 % del personal que cumple tareas en mina.
Al mismo tiempo comenzó a realizar mucho ruido las contrataciones de nuevos funcionarios en Recursos Humanos y Producción y los números ofrecidos por el procesado Manuel Benítez, de lo que él habría dejado en el haber de la empresa y que en nada coinciden con una empresa quebrada como se empecinan a hacer trascender desde febrero de 2016. Cómo mantiene mudez ante la prensa, no se sabe qué piensa de todo esto. Todo sucede, mientras, gerentes, asesores y presidente, que son funcionarios del gobierno, cobran suculentos sueldos.