San Juan: En Jáchal hay incertidumbre por la mina Gualcamayo

  • 14 de abril, 2024
Lo dijo el intendente del departamento, Matías Espejo. Anuncios de inversión en Gualcamayo, pero al mismo tiempo, declinación de tareas y despidos.

 El intendente de Jáchal, Matías Espejo dijo que el destino de la mina de oro Gualcamayo, que es el principal sostén de la economía del departemento, lo tiene sumido en una gran “incertidumbre”.

El jefe comunal usó esa palabra para exteriorizar la inquietud que tiene porque por un lado, los nuevos dueños del proyecto -la empresa LCC- anunciaron inversiones para revitalizar la mina que iba camino al cierre, pero por otro; esto aún no se concreta y se han producido decenas de despidos.

Fue en una charla brindada el miércoles pasado en el Nodo de Iglesia. Allí otra minera, la canadiense Barrick y sus máximos directivos; oficiaron de anfitriones e invitaron a los intendentes de su zona de influencia -Jáchal e Iglesia-, para actualizar los datos económicos de su mina Veladero que estiró su vida útil. Y el intendente jachallero, junto a su par iglesiano, Jorge Espejo, el gobernador Marcelo Orrego y el CEO de Barrick, Mark Bristow; compartieron panel para dar un pantallazo de sus realidades.

¿Por qué habló de que Gualcamayo le causa incertidumbre?, le consultó Tiempo de San Juan posteriormente. Esto es lo que contestó: “Causa gran incertidumbre, pero a la vez también una enorme esperanza en sentido de que, bueno, se sabe que la producción de todo lo que es superficial ya llegó a su fin. De hecho, está en la segunda etapa de producción que es trabajar sobre el material que ya está lixiviado, y entendemos que la compañía está buscando inversores para poder desarrollar lo que es Carbonatos Profundos, que de verdad que es una enorme oportunidad para el departamento y para la provincia. Pero al día de la fecha no hay certeza sobre ese desarrollo”, explicó.

Agregó que “esa incertidumbre es de pensar de que no se llegue a ese momento. Pero también de que hay muchísimas posibilidades y una enorme expectativa de que ese proyecto de Carbonatos Profundos se dé, porque reactivaría no sólo la producción en la mina sino también el desarrollo de proveedores locales y de otras industrias de la minería como lo es la industria de la cal”.

Pueblo minero

El desasosiego de Espejo es comprensible, ya que el pueblo jachallero se mueve alrededor de la minería. “Es sin dudas, uno de los principales motores de desarrollo. Sería muy necio no ver cuál ha sido el desarrollo comunitario del departamento a partir del desarrollo de la minería, tanto de Gualcamayo como también de Veladero”, agregó.

Destacó que fue un alivio conocer que al menos la mina vecina (Veladero está al lado, en iglesia) extendió su vida útil hasta el 2031. “Es un aliciente”, indicó y sostuvo que eso le permite proyectar hacia el futuro otras cosas, ya que “tenemos el enorme desafío como comunidad y al momento de tomar decisiones de velar por los intereses del conjunto de la sociedad es hacer que esos recursos económicos que provienen de ese recurso natural que está en el territorio vuelva realmente en obras y en acciones que perduren en el tiempo y que mejoren la calidad de vida de los pobladores”

Al departamento le preocupan los despidos que se vienen produciendo. En la comuna circula el dato de que más de 170 operarios jachalleros se quedaron sin trabajo en el último mes por la declinación esperada que vive la mina a cielo abierto y subterránea Gualcamayo. Se trata de personas que han aprendido una forma de trabajar a través de procesos sistematizados, han adquirido muchísimas herramientas para desarrollarse, y están altamente capacitados para trasladar ese expertise a otras actividades productivas.

Posible salida

El desafío que tiene la comuna jachallera mientras espera la llegada de inversiones para explotar los Carbonatos Profundos –otra forma de explotar el oro del yacimiento pero que es más costosa- es generar otras actividades productivas. Quizá como proveedores de otras empresas o industrias.

“La industria minera sigue demandando un montón de servicios y de bienes o productos, entonces creo que por ahí va, de ver cómo nosotros encontramos juntos con ellos la posibilidad de que ellos sean nuevos proveedores”, propuso Espejo.

En la intendencia tienen el dato de que la esperada explotación de Carbonatos Profundos puede tardar de 36 a 48 meses. Mientras tanto, cruzan los dedos para que salga todo bien.

Gualcamayo iba camino al cierre cuando fue vendida a fines del año pasado a la empresa LCC, un fondo fiduciario con participación de capitales españoles, que anunció a través de sus directores locales que va a desarrollar Carbonatos Profundos. Pero mientras tanto la mina cerró áreas operativas de producción y se ha centrado en la extracción de metales de sus pilas de lixiviación durante los próximos dos años. El ritmo bajo y debió desprenderse de buena parte de su personal.

Tiempo de San Juan